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Artesana de lectores

La profesora Julia Gourría cambió las clases de historia por los talleres literarios y el oficio de librera. Así sigue haciendo docencia promoviendo el placer de leer.

Compartimos una charla muy interesante con Julia sobre lecturas y libros y sus proyectos de talleres para acercar el disfrute de la literatura a todos los lectores, desde los más avezados hasta los recién llegados, no importa la edad. 

Julia me imagino que es un desafío ser librera hoy y en Roque Pérez donde no hay muchos antecedentes de librerías…

Sí, es un hermoso desafío y hay que ser muy creativo. Es un desafío que tiene que ir acompañado con la promoción de la lectura. El fin no es económico, cuando te apasionan los libros se trata de promover la lectura. Yo digo que no nacemos lectores, nos hacemos lectores. Y nos hacemos lectores a cualquier edad. Yo eso lo he comprobado. Hay gente que ya de grande se engancha con un libro y después sigue con otro. Todos podemos hacernos lectores. Siempre es tiempo de empezar a leer. Algo bueno es que en las escuelas están trabajando bien. Hay mucha literatura infantil y en la escuela se hace un trabajo importante.

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¡Qué importante es la recomendación del librero!

Sí, claro, hay que animar a leer. Es importante la librería chica de barrio, como hay muchas en Buenos Aires, donde está el librero, que elige que libros ofrece y puede recomendar. A mí me encanta ayudar a pensar a la gente, por ejemplo, que libro puede regalar y seguro terminan llevando un libro para ellos mismos.

Vos sos lectora antes que librera…

Sí, siempre los libros fueron importantes para mí. Esto empezó por placer. Siempre estuve expectante de la feria del libro, y de las apariciones de libros y cómo hacer para conseguir algunas obras porque somos de una generación que era difícil el acceso a los libros. Y ahora es más fácil. Pero siempre la gente busca la recomendación. Y la misma gente te pide cosas y te recomienda a su vez. Hay un ida y vuelta muy lindo.

¿Cómo comenzaste?

Yo quería hacer algo chico, entonces empecé con venta en Facebook y entregaba en cada casa. Era como un delivery de libros. La gente se sorprendía. Comencé en 2016, después de jubilarme como docente de historia a los 50 años. Compré dos cajitas de libros en Bs. As. y arranqué. Y después sumé libros infantiles porque en épocas difíciles suele ser el libro que se vende más porque se usa en la escuela.

Y también organizás talleres literarios

Sí, empezamos hace cinco años con un club de lectura, ¡que todavía está vigente! Ahí leímos de todo. Después empezamos a organizar talleres de novela histórica junto a Cecilia Fagioni. Este año comenzamos la tercera temporada. Nosotros lo que hacemos es aportar a la lectura el contexto histórico que ayuda mucho a la comprensión. Por ejemplo el año pasado leímos un libro sobre el genocidio armenio (Los cuarenta días del Musa Dagh de Franz Werfel) que fue muy bueno. Y de Almudena Grande que escribe mucho sobre la guerra civil española, leímos “El lector de Julio Verne”  que para mí es el mejor. Leímos “La gesta del marrano” de Aguinis que cuenta la historia de un judío en el virreinato del Perú, muy documentado, un libro maravilloso, uno de Posteguillo sobre el imperio romano y «El jardín de los venenos» de Cristina Bajo sobre la época colonial en Argentina.  

¿Cómo afectó la cuarentena a los talleres y a tu librería?

Por ejemplo, con el Club de lectura de novela histórica, pudimos continuar, nos contactamos por zoom. Nos sorprendió porque la mayoría son gente mayor. Al principio hubo un poco de resistencia, pero ¡todos se conectaron al zoom y está saliendo muy bien! Ahora estamos leyendo “Yo el Supremo” de Augusto Roa Bastos. Es una tremenda novela sobre la dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia en Paraguay.

Además, lancé el Miniclub de lectura infantil que hace tiempo tenía ganas de hacerlo. Con la cuarentena, me puse a investigar, lo armé y ya estamos funcionando con más de veinte niños de 0 a 12. Es un club de adquisición de libros, seleccionados por «Los Libros de Julia». Los chicos reciben 2 libros por mes, son libros sorpresa que permiten ir armando una exquisita biblioteca para leer y disfrutar en familia.  Quiero seguir promoviendo la lectura y que ese sea el perfil de la librería.

Y también tenés tu taller de lectura…

Sí, el taller lo empecé hace dos años para promover la lectura en voz alta. Nos juntábamos a leer (ahora está suspendido por la situación sanitaria). Entonces comencé leyendo un cuento de Cortázar “La continuidad de los parques” y les encantó. A la reunión siguiente ya todos trajeron distintos textos para leer. ¡No sabes la variedad y lo interesante! Aparecieron con cuentos de Hemingway o ¡con cosas que ellos escribieron! Todos nos escuchamos, entre mate y mate y compartimos la lectura.

También organizaste talleres para mayores de 60 años…

Sí, porque conocí a una profesora de lengua, Victoria Plante, ella es de Córdoba y trabaja lectura cognitiva y se especializa en literatura para adultos mayores. Crearon un concurso de cuentos con perspectiva de edad y publicaron un libro con los cuentos de los adultos mayores y ahora se involucró la Universidad de Córdoba y me acaban de invitar a ser jurado en la próxima edición. Es muy lindo lo que hacen. Además, los adultos mayores muchas veces no se encuentran en la literatura porque se los estereotipa en el lugar de abuelo. Pero es una edad que muchos siguen activos, ya no son como las personas mayores de antes. Todo esto generó también que organizara el taller de literatura para mayores de 60 años en la biblioteca local. Y fue una experiencia muy linda. Muchos mayores te cuentan que el único libro que había en la casa era la Biblia.

 Antes de la cuarentena estabas planeando un taller sobre “Cien años de soledad”

Sí, es un gran libro de Gabriel García Márquez que hay que leer! Hay que meterse en esa historia! Me motiva también que ahora va a salir la serie y la gente se va a quedar con una idea … quizá equivocada. Estoy intrigada sobre cómo va a ser la serie de Netflix pero antes hay que leer el libro! Es un libro atrapante realmente, su realismo mágico, la historia de Latinoamérica, de Colombia. Cuando lo pueda realizar vamos a charlar sobre el boom latinoamericano, sobre el realismo mágico y vamos ir viendo a través de siete generaciones de los Buendía la historia de Macondo. García Márquez escribió durante dos años esta novela en la pobreza y luego no tenía dinero para enviar por correo el original a Bs. As. Apenas pudo enviar la mitad por lo costoso que era el envío. ¡Encima se equivocó y envió la segunda mitad! Gracias al editor de Buenos Aires (Francisco Porrúa) la obra se publica (en 1967) y se consagra como una novela universal.

¿Tu primer libro? ¿El que te haya dejado alguna marca?

Me gustó mucho de Isabel Allende «La casa de los espíritus» que fue una puerta para mí a la literatura latinoamericana. A partir de allí leí a Jorge Amado, Carlos Fuentes, Vargas Llosa y tantos más. Yo estudié el profesorado de Historia en Azul y ahí tuve profesores que me hicieron leer «Los Miserables» de Víctor Hugo y me decían como vas a entender la Revolución Francesa sin leerlo. También leí novelas de escritores rusos. Y lo hice por obligación al comienzo pero después lo hice por propio gusto.

¿El último libro que te gusto?

Es un libro que me sorprendió («La flor púrpura» de Chimamanda Ngozi Adichie) es de una escritora africana que narra la historia de una chica de quince años en una Nigeria profunda, colonizada por religiones y fundamentalismos, habla de la discriminación, la tolerancia, de la libertad, me encantó.

¿Tres libros para sobrevivir en una isla?

A mí me gusta mucho Vargas Llosa. El ultimo “Tiempos recios” me gustó mucho. También José Saramago, en especial “La caverna” que refiere a la caverna de Platón. Me deslumbró Fernando Aramburu con su libro Patria y otras obras anteriores. ¡Y por suerte lo pudimos conocer en la Feria del Libro de Buenos Aires!

¿Un libro pendiente?

Sí, sabés cuál… «El quijote…». Hay un grupo de internet que lee El Quijote, yo me enganché pero después no seguí. ¡Tengo que leerlo! ¡Es un pendiente! Y también tengo pendiente leer mitología griega porque eso te permite entender a escritores más modernos, a Borges por ejemplo.

¿Qué le podemos decir a los que leen poco y a los que no leen?

Que la lectura es uno de los actos más libres que podemos hacer los seres humanos. El libro y tu cabeza pensando, tus propias imágenes, tus propias ideas. Leer te enseña a conocer el mundo, a tolerar, a conocer otras culturas. ¡Cuanto más lees, más querés leer!

 

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