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Roque Pérez, 1942: El pueblo de calles de tierra

Buscando aquí y allá, encontramos una Guía Kraft con datos sociales y comerciales de nuestra localidad que nos permite hacer un viaje en el tiempo para conocer como era entonces nuestra ciudad.

Los viejos clubes, las sastrerías, las fábricas de carros, jabones y ladrillos nos permiten asomarnos a una época en la que se vivía y se producía de otro modo.

La vida social era muy distinta, empezando por las reglas de etiqueta: A todos los eventos, incluido los bailes, los hombres asistían de traje, por ello se entiende que hubiera doce sastrerías, como las de Caggiano, Defilippis, Magni, Trevol, entre otros.

Bailes en el Club Olimpo. Todos asistían de etiqueta. (Gentileza Dirección de Cultura Municipal)

Claro que había tiendas, eran las de José Abraham, Carlos Bernaola, Antonio Cesti, Juan Espelosín, Teodoro Galán y CIA, Julio Larrinaga, Fernando Outes y Tomás Tobilla. La de Teodoro Galán era la conocida Gran Barato Roma de la esquina 9 de julio y Berro.

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La tienda Gran Barato Roma se había incendiado completamente en 1928. En 1930 se inauguró el nuevo edificio. En los años 40 la tienda estaba en su apogeo.

Las señoras y sus hijas confeccionaban sus propios vestidos. Entonces había dos academias de corte y confección, la de Carmen S. de Barrere y la de Murua Hnos.

Ya que decimos academia, podemos mencionar que existía la Academia de Contabilidad de Ricardo Urrunaga, necesario paso para quienes necesitaban calificarse en tiempos en que no existía la educación secundaria.

¡Tantas cosas no existían! Por ejemplo, el asfalto. Todas las calles eran de tierra lo mismo que la ruta 205 en la que se iniciarían obras para hacer el pavimento desde Lobos hasta el puente del río Salado recién en 1948.

Imaginen las dificultades de trasladarse. Así y todo, había varias líneas de ómnibus que unían el pueblo y los parajes o localidades rurales: Dionisio Bonello (Roque Pérez – La Merced) Juan Di Paula (Roque Pérez – Lobos), Luis Rossi (Roque Pérez – J. Tronconi – La Reforma), Atilio Urbisaglia (Roque Pérez – Tronconi – Begueríe).

En el pueblo todavía había muchas manzanas, incluidas las del centro, con grandes potreros. La plaza Mitre estaba rodeada de alambrado y la plazoleta San Martín aún no existía ya que fue realizada entre 1944 y 1945.

Plaza Mitre.

Hablamos de tiempos donde el telégrafo todavía era un necesario medio de comunicación. El jefe de telégrafo era Arturo Rivas Barbosa (autor del libro Las formas del pasado) En 1942 el servicio telefónico era provisto por Teléfonos del Estado y sólo contaba con 78 abonados.

Recordemos el comercio. Existían entonces los tradicionales Almacenes de Ramos Generales, esos comercios de largos mostradores donde podía comprarse de todo, ya sea alimentos, herramientas y hasta un automóvil. Eran seis en la planta urbana: Santiago Aimo y Hno., Hnos. Grande S.R., Juan A. Espelosín y CIA, Gorriño Hnos. y José Pijuán. También existían dieciocho almacenes más pequeños. En el paraje La Paz estaba activo el Almacén La Paz, atendiendo las necesidades de una localidad muy poblada.

El Almacén de Espelosín, ubicado en Tarigo y Berro fue el más importante por su tamaño y lugar estratégico frente a la Estación que era el centro de actividad del pueblo.

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Cuentan que el almacén Espelosín era muy lindo, con todo su interior construido en madera. Vendía innumerables artículos, funcionaba como sucursal del banco Provincia, tenía café, hotel y era agencia de los camiones “Internacional”.

Había otras tres Agencias oficiales de automóviles, la Ford de Gotelli y CIA, la Chevrolet de Ricardo Martini y la Chrysler de Rivolta Hnos., pero aún existían los fabricantes de carros, ellos eran Pedro Carnevalini, Calixto Gourría y Arturo Pesci.

El banco Nación funcionaba entonces y por muchos años en la esquina de Yrigoyen y 9 de Julio, frente a la plaza (allí existió luego la heladería de Lubatti y hoy es rotisería).

 

Antiguo Banco Nación en la esquina de Yrigoyen y 9 de julio.

La sede del Municipio y del Concejo Deliberante estaba en la calle Mitre y Almafuerte. En 1943 sería trasladada a Mitre y España (hoy denominada Beguerie).

Había siete carnicerías. Las de Cesar Amico, Santos Amico, Antonio Delfino, Irazusta Mateo, Rómulo Lucesoli, Rosa Jachini de Osimelli y Hnos. Rocha.

Atilio Amico nos contó cómo él y sus hermanos Coco, Federico y Carlos hacían reparto de carne en un carro por todo el pueblo de Roque Pérez y el campo. “En invierno teníamos un farolito porque salíamos a las seis de la mañana -recuerda Atilio-. Cortábamos la carne arriba del carro, y se pesaba con la balanza pilón. Y ahí, en el mostrador del carro tenía que serruchar las chuletas”.

César Amico en su carro carnicero.

Según el anuario Kraft existían seis panaderías propiedad de Juan Capponi, Carlos Chiapella, Catalina de Felippis, Luciano Latasa, Enrique Lucesoli y Francisco Santiago. Esta última, sigue activa en su dirección de calle Avellaneda y con su horno a leña.

Los que buscaban tabaco y otros productos afines iban a la Cigarrería que era de José Bianchi. Había “cinematógrafo” en el Club Unión (actual Centro Cultural) y la fotografía estaba a cargo de los estudios de Luis Galassi y Salvador Trotta.

Las cocherías o pompas fúnebres eran dos, la de Cora Hermanos y la de Sucesión Bernardo Ratto. Desde entonces, cuando había más de un fallecido en el mismo día, algo no tan frecuente en los pueblos pequeños, solía decirse: “Hay para Cora y hay para Ratto”.

Entonces los constructores eran Juan Aseali, Domingo y Lucas Berardi, Santiago Bernich, Juan Bianchi, Juan V. Isoardi y Juan Latanzio. En los frentes aún se puede ver el nombre de algunos.

Existían cuatro carpinterías. Las de Calixto Gourría, Angel Mancione, Domingo Márquez y Scotti Hnos y CIA.

La de Calixto Gourría era carpintería y fábrica y reparación de carros. Lamentablemente fallecía muy joven en aquel año 42. Su hijo el recordado Augusto Gourría continuaría luego la actividad convirtiendo aquella carpintería en herrería y tornería. Aquel antiguo taller sigue activo en su dirección original en la calle Tarigo.

Calixto Gourría en su carpintería y fábrica de carros. (Gentileza Julia Gourría)

En 1942, en la carpintería de Scotti trabajaba el recordado Domingo “Chicho” Allegretti. Hace unos años, Chicho nos contó que precisamente ese año se hizo la pasarella de madera sobre el Salado.

“A construir la pasarela vino un negro grandote con su hijo. Plantó una carpa al lado del río y vivía allí recordaba Chicho Allegretti-. Luego tomó algunos peones. En lo de Scotti tuvimos que preparar los travesaños que forman la calzada. Les hicimos una hendidura para calzar la baranda. ¡Todo a mano! No había herramientas casi. Las maderas fueron llevadas desde la carpintería en el único camión que existía que era un Internacional del Almacén Espelosín que tenía ¡ruedas macizas! ¡Parecía una locomotora!”. Tardaron como dos años en hacer la pasarela, con tirantes de lapacho. “Es una madera durísima -contaba Chicho- que te hacía sangrar las manos”.

Además de carros y puentes, otros artículos muy distintos se fabricaban entonces en Roque Pérez. Existía la fábrica de jabones de Miguel Demuccio y tres fábricas de ladrillos propiedad de Hilario Abaddía, Suc Rocha y Carlos Stronchek e Hijo. También existía la fábrica de quesos y cremería, propiedad de Juan Braga.

 

Roque Pérez en el Anuario Kraft 1942

El Anuario Kraft, era una guía comercial anterior a la de Peuser. Comenzó a salir regularmente desde 1908 con datos comerciales de las empresas del país e información de todas las localidades argentinas.

Tapa Anuario Kraft, año 1942

Kraft fue por muchos años la más importante imprenta en Argentina. Su fundador Guillermo Kraft había nacido en 1839 en Alemania y había aprendido el oficio en Paris. En 1862, con 23 años, se trasladó a Buenos Aires.

En el Anuario Kraft de 1942, entre la localidad de Roosevelt (Rivadavia) y de Rosas (Las Flores) se publicaba información del partido de Roque Pérez.

El anuario publicaba que en Roque Pérez vivían 11.670 personas, pero las que residían en la planta urbana no alcanzaban las 3900. Se destacaba la ubicación ya que en la localidad convergen los caminos de Bs As, Avellaneda y Bahía Blanca y la existencia de agua muy buena a 3,5 metros de profundidad.

El maíz con 12 mil hectáreas era el principal cultivo seguido en igual cuantía por el trigo y el lino, (un cultivo que hoy ya no se realiza). En la cría sobresalían los vacunos y había más ovejas que cerdos. Esto nos hace recordar que desde el siglo XIX las grandes estancias tenían millares de cabezas de lanares. Por eso en algunos campos sobrevivieron los bañaderos de ovejas.

 

Más servicios

El año 1942 fue el último de la Usina de Luz y Fuerza a cargo de Bernardo Tagliero. Desde 1943 el servicio sería brindado por el municipio. La Usina de Tagliero brindó durante 20 años la energía domiciliaria y la de 50 luminarias.

Usina de Luz y Fuerza de Bernardo Tagliero.

La prensa había quedado representada por la publicación El Social fundada por Juana C. Carril Aguirre y Amadeo Crespi. Ya no existía el “Juvenilia” de Osvaldo Lahargou que había dejado de imprimirse en 1940. Apareció sólo en 1942 el periódico Atalaya fundado por Tomás Monetti que mucho después sería intendente por el partido Justicialista.

En el anuario también se consignan las publicaciones “El Radical” de Fausto Luders y “La Defensa”, Boletín del Club Unión.

Hasta la Iglesia tenía su propio órgano impreso llamado “Voz Amiga”. Ya que mencionamos la Iglesia, en el año 1942 se terminaron de colocar los vitrales del nuevo templo que había sido inaugurada en 1936. La obra del templo fue promovida por el sacerdote Francisco Massobrio, era un piamontés llegado a Roque Pérez en 1927 y que en los años 40 y 50 siguió al frente de la parroquia local.

Los clubes

El Club Social seguramente era el más coqueto y exclusivo. Allí se hacían los bailes de gala. Su sede existía en calle Mitre en la parcela donde hoy se halla la municipalidad. El edificio era antiguo y distinguido, pero lamentablemente años después fue demolido.

El antiguo Club Social

Existían los clubes Unión que contaba con cinematógrafo (hoy es el Centro Cultural) y el Atlético que ya se había se había separado del viejo Unión y se hacía fuerte en la práctica del futbol.

También existía el Club Olimpo en la esquina de Mitre y La Plata (hoy calle Aussedat) con sus tradicionales bailes, su mesa de villar y también sala de cine. El club había nacido como “El Nacional” pero luego un gobierno militar prohibió esa denominación.

Al club había venido una orquesta famosa, dirigida por el “rey del compás”. Según nos contó Carlos Olasagaste en 1937 vino Juan Darienzo a tocar a Olimpo. “Mi padre tocaba en la orquesta de Olimpo y mamá estaba embarazada de mí – nos dijo Carlos-. Y ellos me contaban que bailaron con música de Darienzo”.

Bailes en el Club Olimpo (Gentileza Dirección de Cultura Municipal)

Daba sus primeros pasos el Club Alumni ya que había sido creado el 25 agosto de 1941. Y existían otros clubes que luego desaparecieron como el Football Club Picaflor y en el ámbito rural el Club Atlético La Victoria. Aún no existía el “Club Atlético Sarmiento” ya que sería fundado en 1943.

Toda la zona rural tenia mucha actividad social. En Beguerie existía el club Social y el Independiente. Desde 1937 existía el Club Sportivo Santiago Larre junto a la estación del ferrocarril de ese paraje.

La Bidú Cola era la única gaseosa cola en Argentina. En 1942 desembarca la Coca Cola y empieza una competencia agresiva que haría desaparecer a la Bidú.

 

En La Paz Chica funcionaba el Cine Colón como una vez nos contó Pepe Guidobono: “En el Cine Colon vimos las películas de El Gordo y el Flaco, las de John Wayne, Sandrini, Hugo del Carril y Tita Merello. Durante años venían los hermanos Abraham a dar cine.  También daban los Sucesos Argentinos. Ponían un farol, cuando se apagaba el farol se empezaba a escuchar el motorcito del Ford A para dar la película. ¡Los chicos contentos!”.

 

Los tiempos políticos

En el aspecto político hay que recordar que estaba llegando a su fin la llamada década infame, que se inició con el golpe militar del 6 de septiembre de 1930 liderado por el general José Félix Uriburu que derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical.

En Roque Pérez existían dos partidos políticos tradicionales entonces, el partido Conservador cuya sede era el actual edificio del cuartel de Bomberos Voluntarios y la UCR probablemente ya afincada en la calle Tarigo.

También existían algunos militantes socialistas y actividad sindical por lo menos desde fines de los años 20´ de los Obreros Estibadores Unidos.

El intendente municipal desde noviembre de 1941 y hasta el 1 de junio de 1943 fue José A. Aussedat descendiente de una familia francesa.

En Argentina hasta el golpe de 1943 gobernó una alianza política representaba el liberalismo conservador tradicional. En 1942 era presidente Ramón S. Castillo. En pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, nuestro país mantenía su tradicional posición neutral y el clima político se debatía entre «aliadófilos» y «neutralistas». El golpe sobrevino entre otras razones para evitar la elección fraudulenta del candidato a presidente Robustiano Patrón Costas, que pregonaba dejar la neutralidad para participar en la 2da. Guerra Mundial.  En ese contexto de guerra en Europa y el lejano Oriente, entre 1939 y 1943 se produjo un gran avance industrial por sustitución de importaciones. Ese cambio productivo se daba en las grandes ciudades. Roque Pérez mantenía su estructura agropecuaria y comercial, dependiente del transporte ferroviario.

En la década del 40 ya existía el Chalet de la flía Pijuán y edificios como el de la Sociedad Torquinst.

 

Estos son algunas características del aquel Roque Pérez, poblado del partido que estaba por cumplir sus primeros 30 años de autonomía.

La casualidad puso frente a mi vista la publicación Kraft con aquellos nombres propios y la posibilidad de desandar los años. Mientras escribía estas historias del año 1942 me sorprendí al recordar que en enero de aquel año había nacido mi papá, Rodolfo Luis, a quien dedico estas líneas. Sin planearlo, había estado investigando y conociendo como era el escenario de aquel pueblo de calles de tierra que lo vio nacer.

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